Para su cuarto álbum de estudio, el dúo francés Justice abrió su estudio a invitados de lujo como Tame Impala, Thundercat y Miguel.

Xavier de Rosnay y Gaspard Augé acabaron difuminando los límites. Tras un debut saturado de influencias 2ManyDJs, los dos miembros de Justice han demostrado en varias ocasiones que son más hijos de Moroder, Yes y Michel Berger. Ocho años después de su último álbum de estudio, Woman, el dúo francés continúa su impulso disco/pop con Hyperdrama, publicado durante la Covid.

Mientras se acercan al vigésimo aniversario de sus primeros éxitos (We Are Your Friends salió en 2002), al ciclo natural del revival, y afirman recibir peticiones de producciones ruidosas en la línea de Stress o Phantom, Xavier de Rosnay y Gaspard Augé han optado por complacerse a sí mismos, sin preguntarse de quién está hecho su público, que es probablemente la opción más segura para un artista.

Probablemente, el entorno también desempeñó un papel importante, ya que fue en el salón de Xavier, en París, donde crearon el moodboard del álbum, lejos de la presión de los grandes estudios de grabación por horas. ¿Su principio rector para este álbum? Componer “música dramática”, al extremo, si el título sirve de indicación. Hay mucho dramatismo en la épica Muscle Memory, con sus guitarras comprimidas que recuerdan el sonido saturado y atormentado de su debut, también presente en Generator.

Sonidos de inspiración tecno/gabber que ellos mismos crearon (en lugar de su habitual método de sampleo) y que mezclan con retorcidas orquestaciones de disco, superponiendo instrumentos electrónicos y acústicos. Pero la verdadera novedad de este disco respecto a Woman es la presencia de invitados, que se han convertido en colaboradores de pleno derecho en los temas. Ahí está Kevin Parker, el hombre detrás del proyecto Tame Impala, que presta su voz a dos temas, el abridor Never Ender y sobre todo el single mucho más divertido One Night/All Night Tame.

Junto al australiano, encontramos también a un neozelandés, Connan Mockasin, en Moonlight Rendez-vous, que tiene ese sabor a música de película francesa de los años 70-80, y a dos californianos, el bajista de moda en Los Ángeles, Thundercat, y el cantante de R&B Miguel, que a menudo ha sido comparado con Prince, una referencia evidente para los dos franceses. Lo encontramos en Saturnine, uno de los mejores temas del álbum, donde se escucha un verdadero esfuerzo colectivo.

Así lo quiso Justice, implicando a todos los invitados desde el principio del proceso de composición, y -cosa rara hoy en día en la industria musical- grabaron juntos en el estudio, “para una mayor fluidez” según el grupo, harto de colaboraciones a distancia. Un álbum que comenzó en el aislamiento y terminó en la vida real.

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